5 Mitos Financieros Comunes

1. El Dinero Nos Puede Dar la Felicidad.

-La Biblia y el sentido común de los sabios desmienten esta perspectiva simplista. Según el filósofo Aristóteles, tener algo de dinero sí es importante hasta un punto porque si no, la vida es demasiado precaria. Pero la clave es: hasta un punto. Proverbios 30:8 dice algo parecido, pero añade un matiz: “Vanidad y palabra mentirosa aparta de mí, y no me des pobreza ni riqueza. Solo dame mi pan cotidiano; no sea que me sacie y te niegue o diga: ‘¿Quién es el SEÑOR?’. No sea que me empobrezca y robe, y profane el nombre de mi Dios”. Debemos aclarar que tener dinero tampoco es la causa de la infelicidad. Proverbios 10:22: “La bendición del Señor trae riquezas que no vienen acompañadas de tristezas”.

2. No se Puede Vivir sin Tarjetas de Crédito y Préstamos.

- La mayoría de los millonarios, según el estudio más exhaustivo realizado sobre el tema, consiguieron su riqueza viviendo dentro de sus posibilidades, evitando deudas, amortizando anticipadamente la hipoteca de su casa y ahorrando e invirtiendo en los fondos de inversión—NO mediante inversiones arriesgadas con el dinero de otros. Prov. 22:7 dice: “El rico domina a los pobres, y el que toma prestado es esclavo del que presta”. ¿Y si se trata de un préstamo sin intereses? Aún este tipo de préstamo muy probablemente nos tiente a comprar algo que no estamos en condiciones de comprar hoy. Es mejor hacer una previsión de fondos y comprarlo cuando tengamos el dinero ahorrado. * La única excepción es un préstamo hipotecario para una vivienda de primera residencia. El filósofo Dallas Willard observó: “La mayor amenaza para la virtud indispensable de la prudencia en América es la tarjeta de crédito”. Es lamentable que muchos discípulos de Jesús no donan dinero a las causas del Reino de Dios porque sus deudas no se lo permiten.

3. Necesito Un Coche Nuevo (*Si no eres propietario de un vehículo puedes saltarte este mito).

-Estrenar un coche nuevo cada 3-5 años es probablemente la peor decisión financiera que puedes tomar (de no ser que seas millonario). La tendencia de demasiadas personas es financiar un coche nuevo sin darse cuenta del perjuicio que supone para su salud financiera. El coche medio pierde el 60% de su valor después de los primeros 4 años de vida. Pero si a eso le añadimos el costo de los intereses que se pagan para financiarlo, la pérdida de patrimonio es aún mayor. Si en lugar de comprar un coche nuevo financiado y repetir la experiencia 5 años más tarde compráramos un buen coche usado de unos 4 años y lo mantuviéramos durante 10 años e invirtiéramos la diferencia en un fondo indexado, probablemente tendríamos entre 50.000 y 75.000€ en el fondo. Benjamín Franklin lo expresó: “Un centavo ahorrado es un centavo ganado”.

4. Es Imposible Mejorar Mi Salud Financiera.

-Lento y seguro se gana la carrera. No niego que sea más fácil para algunas personas que para otras mejorar sus finanzas. Pero de lo que sí estoy seguro es que muchos tenemos más margen en nuestra economía para salir de las deudas y aumentar nuestro capital. Soy consciente de que los salarios no han seguido el ritmo de la inflación. Pero cuando veo que se forman largas colas fuera de los puntos de venta de lotería tengo que insistir en la verdad incómoda de que sí hay margen para el ahorro. Proverbios 13:11 dice: “Las riquezas apresuradas disminuirán, pero el que junta poco a poco irá en aumento”. No te digo que será fácil; tampoco afirmo que será sin sacrificio ni de inmediato, pero si tenemos margen en nuestras finanzas para gastar en boletos de lotería u otras cosas no esenciales, también te aseguro que podemos mejorar nuestra salud financiera. Lento y seguro se gana la carrera.

5. Gano Demasiado Poco para Necesitar un Presupuesto.

-Tanto si ganas poco como si ganas mucho o un término medio, el presupuesto económico es tu aliado. Seamos sinceros, a nadie le gusta registrar todos sus gastos mensuales. Es un palo. Pero la diferencia entre vivir y no vivir con un presupuesto cada mes es demasiado significativa para intentar prescindir de él. Thomas Monson observó: “Cuando el rendimiento se mide, dicho rendimiento mejora. Cuando el rendimiento se mide y se informa, el ritmo de mejoramiento se acelera”. Yo registro las calorías que consumo, y desde que lo hago he ido perdiendo peso. Un presupuesto tiene el mismo resultado en la salud financiera. No tiene el mismo impacto psicológico una sensación vaga de ‘gastar de más’ que gastar de más sabiendo que se va a echar a perder un plan que has trazado para que los números cuadren este mes. Proverbios 21:20 dice: “Tesoro precioso y aceite hay en la morada del sabio, pero el hombre necio lo disipará”. Para la mayoría de nosotros, empezar a vivir con un presupuesto marcará un antes y un después en nuestra salud financiera.